¿Cómo comenzar a tomar Té?

tomar té

En septiembre siempre tengo la sensación de que es el inicio del año, igual es debido al ritmo heredado de mi época de estudiante o bien porque después del parón estival de las vacaciones, en septiembre se reinicia la vida. Se retoman los asuntos pendientes, se emprenden nuevas cosas, e intentas adquirir nuevos hábitos más saludables. Te propones no volver al estrés con el que terminaste antes de las vacaciones y  compensar el desmadre del veranito, inscribiéndote en el gimnasio o a clases de yoga, empezando a meditar o a tomar té. El otoño es un momento ideal para iniciarte en el mundo del té sea por salud, curiosidad, o simplemente por el hecho de probar cosas nuevas.

Se dice que la razón de por qué el té se ha convertido en la segunda bebida más consumida en el mundo es por sus propiedades, ya sean propiedades estimulantes, o preventivas de enfermedades… El caso es que preguntando a diferentes Tea Lovers me he dado cuenta de que el té llegó a sus vidas de diferentes maneras pero hay algo en común en ellos: un punto de inflexión en el que ya no hay vuelta atrás y el té se convierte en su estilo de vida.

En este post quería dar unos tips para orientar a quienes quieren comenzar a tomar té ya sea por salud, por curiosidad o simplemente por probar algo nuevo… Pero buscando por internet ya hay muchos profesionales del té que te ofrecen consejos buenísimos para iniciarte en este maravilloso mundo. Así que se me ocurrió compartir experiencias de diferentes personas que tienen una pasión en común: el té.

Aquí te dejo el testimonio de algunos de mis amigos Tea Lovers:

Cristina:

Yo diría que mi afición empezó de pequeña. En casa, con las abuelas, abuelos y mi madre. Éramos (y somos) de tomar hierbas y si son de casa o recogidas por nosotros mismos mejor. Y comencé a tomar infusiones. Cuando te haces mayor ya te dejan tomar té y café y de allí a experimentar. 

Viajando aquí y allá y probando los tés. Recuerdo que las primeras experiencias fueron en Inglaterra, debía tener 15 -16 años. Al principio no me convencieron demasiado, supongo que por la forma de prepararlos (leche, azúcar…) y la variedad. Luego ya le fui cogiendo el gustito.

Asia fue una puerta abierta al mundo del té. Me gustaba mucho, pero cuando realmente me volví “adicta” y enamorada del té, fue después de viajar a Japón. Allí probé tés espectaculares. La forma de explicar, prepararlos, degustarlos… Aromas y sabores que no había probado. Costaba adquirirlos por aquí, siempre los compraba cuando iba a Barcelona. Y al abrir tú la tienda y empezar a traer…mmm! Ya sabes, no paso día sin mi té. Por la mañana un ritual, y después me acompaña durante la jornada laboral. Por la noche un rooibos para descansar.

Llámalo hábito, rutina o forma de vivir. Sin darme cuenta el té se “coló” en mi vida.

Carlos:

Comencé con esto del té por motivos familiares. Me fui a vivir  con mi abuela a los 21 o 22 años y el cambio fue bastante radical. En mi casa había mucha gente, pero con mi abuela estábamos los dos solos y había otro ritmo, se estaba más tranquilo en casa y empecé a cocinar mucho para mi abuela y para mí. Tenía más tiempo y ahí empecé a interesarme por el té.

En alguna ocasión se me ocurrió ir a tiendas o supermercados orientales, ya que siempre me ha gustado lo exótico y probar cosas diferentes de otros países. Entonces vi un juego de té de estos que son 3 cuenquecitos y una teterita. La tetera y las 3 copas están encima de una bañerita de barro con unos agujeritos por donde echas el té que sobra y ahí queda… Y empecé a familiarizarme con ese mundo.

A raíz de ahí a mi hermano Álvaro le gustó lo que yo hacía; le invité a té y se animó y se metió él también en ese mundo. Después él avanzó mucho más que yo en el tema del Gong Fu cha y lo que era el té de más calidad, de otro nivel. Álvaro tuvo una novia China que actualmente es su mujer y eso le hizo evolucionar todavía más. Viajaron a China donde visitaron tiendas de té y aprendió muchísimo, y yo, a su lado, me quedé un poquito estancado.

Después, la evolución de mi hermano me hizo evolucionar a mí.  Él había avanzado tanto hasta el punto que me hablaba de Sheng Pu erh y Shu Pu erh; yo no tenía ni idea de la diferencia que había entre ellos. Así que me puse a su nivel y empecé a disfrutar mucho más de la ceremonia y del sabor del té.

Después él ha dejado de tomar té con tanta frecuencia y soy yo el que sigue con el té. Ahora es él el que me pregunta y con el que comparto mis tés… Y poco más.

Poquito a poco el té se convirtió en una parte importantísima de mi vida igual que para ti y todos los que amamos este mundo.

Javier:

Mi primer contacto fue en una tienda de Té que abrieron en mi ciudad, Algeciras. Los aromas, las latas doradas, las estanterías llenas de todo lo necesario para su preparación, he de reconocer que me envolvieron y me conquistaron.

Al principio, como suele ocurrir, descubrí los Tés Aromatizados, eso sí, de calidad. Para descubrir el maravilloso mundo de los Tés Puros, tuve que esperar a realizar mi formación como Sommelier de Té.

“Mimaté” mi tienda de té fue el proyecto que marcó un antes y un después en mi vida. Me permitió conocer la maravillosa y milenaria Cultura del Té; disfrutar de los aromas, sabores, texturas y matices que nos regala la Cata del Té; poder trabajar en los espectaculares Jardines de Té de Las Azores;  descubrir la Ceremonia China del Té, la cual me cautivó desde el primer momento en que la contemple; etc. Pero sobre todo, “Mimaté” me permitió conocer a gente maravillosa como a ti Ana, que te considero mi “Hermana de Té” o a nuestro querido amigo Antonio que se encuentra en Taiwán.

Hoy en día me dedico a la Narración Oral (Cuentacuentos) y la Cultura del Té está muy presente en mis narraciones. Creo que es una bonita herramienta para dar a conocer tantas y tantas historias y leyendas que “Doña Camellia Sinensis”, el Té, nos quiere regalar.

Kim:

Sincha Gyokuro

Qué pregunta más difícil que me has hecho… No recuerdo cuándo y porqué empecé a tomar té. Lo que sí recuerdo es que, cuando tenía 20 años, una vecina me sirvió té en hoja suelta hecho en una tetera, no en bolsita. Desde ese momento me interesé mucho más por el té.

Algunos años después, 1995-96, cultivé mis propias hierbas solamente para el té. ¡Fue una época de probar té en todas sus diferentes formas!

Y el té japonés me encontró años después en el 2000.

Natalia:

Taza Pu erh

Me llamo Natalia y soy una “Tea Lover” y más en concreto del Pu erh.  Haciendo memoria de años atrás… no tengo ni un solo recuerdo que no esté vinculado a una taza de una infusión o té.

Soy la pequeña de 7 hermanos y siempre recuerdo mi casa rodeada de infusiones de mi madre y té de mi hermana; ella me lleva 15 años y creo que por querer imitarla, quería tomar infusiones con ella.

Después de esa etapa de peque, empecé a evolucionar en mis gustos y a introducir el té en mi vida, ya como una filosofía de vida!!! 

En todos los viajes que hacía, aparte del mítico imán, no podía evitar entrar en todas las tiendas de té y traerme algo como souvenir. Poco a poco fui refinando el paladar y teniendo más inquietudes y curiosidades sobre este mundo tan apasionante. Decidí profundizar tanto que empecé a adquirir libros, ver videos, documentales, apuntarme a cursos, catas… todo en lo que podía adquirir algún conocimiento nuevo. Actualmente como decía antes, no entiendo el día sin disfrutar una taza de té… o 2… 3…

Olga:

Empecé a tomar té a los 20 años aproximadamente. No me gustaba la leche y no sabía que desayunar, y probé infinidad de cosas, zumos, batidos… pero no me gustaban; hasta que probé el té con leche al estilo de los ingleses. Usaba té en bolsita, no me acuerdo que té era, pero era de estos de super en plan… “cutre”.

Estuve una temporada así hasta que una compañera del trabajo, que en ese momento estaba haciendo una dieta, me comentó que su médico le había recomendado tomar té rojo y me lo dio a probar. ¡Me gustó! Y resulta que cuando fui a comprarlo adquirí un Pu erh de bolsita, que era muy bueno, de hecho me costó bastante caro, y cada bolsita la podía reutilizar varias veces… (aunque no lo hacía porque me gustaba mucho la fuerza de la primera infusión).

Y ya está, esa fue mi “enganchada total al té rojo”. Estuve tomándolo mucho tiempo hasta que descubrí el té negro, también de bolsita de Twinings y este tipo de marcas (aun continúan gustándome).

Esto fue lo que seguí bebiendo hasta que conocí tu mundo. Entonces se me  abrió una puerta a un montón de cosas nuevas. Hoy en día, aunque siga fiel al té negro y el rojo, he conocido y estoy más abierta a otros tés  como el matcha o el hojicha tostado… así que esta es mi historia.

Espero que te hayan gustado estas experiencias. ¿Cuál es la tuya? Si quieres compartirla en los comentarios me encantará leerla y puede servir de inspiración a quienes quieran empezar a tomar té.

¡Besitos!

Ana